El pensamiento de Marx fue un claro referente en el siglo XIX para la revolución de los obreros frente a la explotación que sufrían dentro del sistema capitalista. A día de hoy, muchas de sus consignas y algunas de sus propuestas siguen estando vigentes en pleno desarrollo del siglo XXI. Su manera de pensar se ha visto reflejada en el intento de llevar a cabo, por parte de algunos países, las propuestas que él mismo realizó en sus libros y panfletos. Entre sus influencias podemos destacar la misma aparición de corrientes ideológicas comunistas que se han ido fraguando en partidos políticos, así como la creación de escuelas de pensamiento como la de Frankfurt, que continuaron su crítica al sistema capitalista del momento con obras tan importantes como El hombre unidimensional, de H. Marcuse, donde presenta un análisis de la sociedad industrial de su momento que critica la falsa apariencia de democracia que nos rodea y que esconde una forma de alienación y totalitarismo muy aguda.
La escuela de Frankfurt comenzó su andadura en torno al Instituto de Investigación Social que se fundó en 1924 en la ciudad alemana que le da nombre y que en la década de los sesenta adquirió gran popularidad. Algunos de sus más importantes representantes se adhirieron a las teorías de Marx y siguieron parte de las doctrinas de Hegel. Realizaron una crítica a las condiciones sociales del momento bajo un prisma marxista, prestaron especial énfasis a las alienaciones sociales y criticaron el concepto de razón ilustrada. Debemos destacar a pensadores e intelectuales como W. Benjamin, Horkheimer o Adorno.
Pero si tenemos que subrayar en algún lugar la influencia que ha ejercido el marxismo a lo largo de su historia, hay que destacar a países como Cuba, la Unión Soviética o la gran potencia económica actual que es China. En estos países se ha producido una de las proyecciones más deseadas por Marx: que la filosofía se convirtiese en una herramienta de transformación del mundo, de la sociedad. De este modo, Marx no solo pudo ver cómo los primeros levantamientos obreros prestaban atención a sus reivindicaciones y análisis sociales sino que además, con el paso del tiempo, estos países han ido poniendo en práctica una parte de su teoría intentando cambiar con distintos niveles de éxito o fracaso, el sistema de mercado capitalista. En Cuba Fidel Castro inició una revolución marxista que todavía hoy perdura, y en China el Partido Comunista es el único dominador del panorama político del país. Sin embargo, en la Alemania del Este, con la caída del Muro de Berlín, la posición marxista acabó siendo derrotada, al igual que con la llegada de la Perestroika y la posterior caída y descomposición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
A día de hoy, gran parte del sistema obrero sindicalista debe su existencia a las teorías marxistas, y muchas de las revoluciones obreras del último siglo tuvieron como fondo los análisis sociales que realizó el marxismo.
(Ruiz Sánchez J.C. Historia de la Filosofía. Bachillerato 2. Andalucía y Canarias. Editorial Mc Graw Hill. Madrid. 2013)